Hay una historia alrededor de la iglesia de Curarén, Francisco Morazán que establece que fue construida por el diablo, por un pacto que tenía el alcalde, que consistía en entregar las almas de pueblo.
La iglesia (gráfica) empezaba a erigirse, pero se descontinúo cuando un gallo cantó a las 12 de la medianoche. La creencia establece que el gallo dice en su canto ¡Cristo nació¡ y por ello el diablo se marcho, pero antes le dio una patada a la pared.
Cuentas los lugareños que en las pared estaba marcada la patada, pero con la remodelación, fue cubierta.
Llama la atención que los laterales de la iglesia tiene una doble pared hasta la mitad, lo que la hace bastante gruesa y el resto, que supuestamente fue construido por los vecinos, es delgada.
Actualmente los devotos católicos se sigue reuniéndose en el templo sin prestar mayor atención a la historia, de la cual hay muchas en este lugar.
La iglesia data desde hace muchos años y esta frente al parque central donde se encuentra un busto del general Francisco Morazán, ya que los soldados que pelearon en las batallas que libro el general eran del municipio de Texiguat y de Curarén, valientes hombres que demostraron coraje aguerrido y su lealtad al paladín de la unión centroamericana.
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