Como en los viejos tiempos de la guerra fría, un comerciante fue desaparecido por autoridades policiales, después que supuestamente lo ultimaron al asfixiarlo con la "capucha" impregnada de keroseno.
José Escalante fue detenido por la policía preventiva en Santa Barbara en un operativo el 28 de febrero de 2009 por el delito de portacion ilegal de armas, al encontrarle varias armas de fuego sin el permiso respectivo.
Escalante fue entregado a elementos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) quienes lo sometieron a torturas, según denunció el vice-presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Hugo Maldonado.
Posteriormente le aplicaron la capucha, un bolsa plástica o de hule con el que le cubren la cabeza, y le afixian para sacarle la verdad.
Sin embargo, los agentes que tambien impregnaron la capucha de keroseno, no se daban cuenta que Escalante padecía de una enfermedad pulmonar y por ello termino muriendo.
No bastándole con ello y para borrar evidencia, lo agentes del orden se deshicieron del cuerpo, el que todavía no ha sido encontrado.
Otros dos detenidos por ese mismo caso denunciaron que igual fueron torturados y quienes son los principales testigos que tiene el CODEH y la Fiscalía de los Derechos Humanos que también tiene conocimiento de la acción criminal.
Maldonado lamento que algo que fue muy común durante la guerra fría se este repitiendo ahora.
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