En un comunicado la cancillería manifiesta que al tiempo que presta sus instalaciones a una persona que tiene cuentas pendientes con la ley, Brasil tolera que desde allí Zelaya incite a la insurrección del pueblo.
Indica asimismo que Zelaya desde la embajada de Brasil llama a la sedición, el cual es un delito tipificado en las leyes hondureñas.
Además del refugio, el gobierno de Lula Da Silva también resguarda y da protección al depuesto mandatario hondureño.
El presidente Roberto Micheletti pidió al gobierno de Brasil que entregue al depuesto mandatario para someterlo a la justicia hondureña.
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