24.9.09

MEDICAMENTOS PARA LA TOS, DIARREA Y BIBLIA INGRESAN EN EMBAJADA DE BRASIL


Desde que, el lunes pasado, Zelaya y sus fieles consiguieran colarse en el país de forma subrepticia y refugiarse en la Embajada de Brasil, dejando con un par de narices a los servicios de inteligencia de la policía y el Ejército, el Gobierno surgido del golpe trabaja a tiempo completo para hacérselo pagar. Zelaya está convencido de que Roberto Micheletti tenía un plan para asesinarlo y hacer que pareciera un suicidio, que ha instalado frente a la legación diplomática un sistema de "radiaciones de alta frecuencia que afectan al cerebro humano", y que contrató a un grupo de "mercenarios israelíes" para interceptar sus comunicaciones. A falta de pruebas de lo anterior, lo que sí se puede observar a simple vista es mucho más zafio. Pero igual de desquiciante.

Ayer, a dos pasos de la madrugada, el general Romeo Vásquez, jefe del Ejército, antiguo amigo de Zelaya y responsable directo de su secuestro y expulsión del país, acudió a las inmediaciones de la embajada. Lo hizo a cara descubierta, acompañado por sus escoltas, observando sobre el terreno y con gesto de interés la calle de la Embajada brasileña y las casas que la rodean. Los teléfonos de los periodistas que hacen guardia en el lugar empezaron a funcionar. Y la alerta también llegó -lógicamente- a los oídos de los refugiados. ¿A qué fue el general Romeo? ¿A anunciar con su presencia que el asalto estaba a punto de producirse...? Tras el primer sobresalto, todo el mundo cayó en la cuenta de que la visita del general Romeo tenía el mismo fin que el estruendo de los escudos: situar a Zelaya al borde de un ataque de nervios.

Pero hay más. Todos los días, tres o cuatro activistas de derechos humanos llegan hasta el cordón policial que custodia la embajada. Traen unas cajas de cartón con víveres, útiles de aseo y medicinas para los refugiados. A un ritmo caribeño, y bajo el sol implacable, uno de los policías -tal vez elegido por el grado de suciedad de sus uñas- mete las manos en la bolsa de pan, abre las cajas de galletas, mete la nariz en cada botella de líquido con la misma concentración que el sumiller de Maxim's, toquetea las bragas de papel destinadas a las refugiadas sin dejar pasar la oportunidad de colocar el chistecito grueso que hace las delicias de sus compañeros de armas. Todo ello, grabado por las cámaras de televisión que un rato después le contarán a los hondureños que Zelaya y los suyos toman coca-cola light, galletas noruegas de mantequilla y medicamentos para la tos y la diarrea. ¿Quién tendrá tos? ¿Y quién diarrea? Zelaya y los suyos también observan por televisión el magreo de sus provisiones.

En el envío de ayer, había una caja más. Ponía "padre Peralta", un cura de El Salvador, aunque nacionalizado hondureño, muy conocido en el país por su defensa de los bosques de Olancho -la tierra natal de Zelaya- y su apoyo sin recato a la causa del presidente depuesto. Cuando los policías abrieron la caja, afloró una casulla, una bolsa de hostias y un sencillo cáliz de cristal. "Esto no pasa", advirtió el oficial al mando, "no podemos dejar que entre nada que pueda convertirse en un arma". Sin embargo, dejó pasar la Biblia. (Tomado de El País)

3 comentarios:

Gerhard Erich Boehme dijo...

Me envergonha, a mim como cidadão brasileiro, o fato de vermos nossas "autoridades", a serviço do Foro San Pablo, interferindo nos assuntos internos de Honduras, desrespeitando o Estado de Direito e a Democracia, que a nós nos são sagrados. Lamento, como cidadão brasileiro, que a Embaixada do Brasil tenha se tornado espaço político a serviço daqueles que defendem não a democracia, mas a oclocracia.

Ao povo hondurenho deixo a certeza de que o Sr. Luiz Inácio Lula da Silva e seu "falsodoutor" Celso Luiz Nunes Amorim não representam a opinião e a vontade do povo brasileiro.

Abraços,

Gerhard Erich Boehme
gerhard@boehme.com.br
(41) 8877-6354
(41) 3252-0620
Skype: gerhardboehme
Caixa Postal 15019
80811-970 Curitiba - PR

Recomendo que acessem:
http://www.pt.org.br/portalpt/index.php?option=com_content&task=view&id=81039&Itemid=195

Marcelo Santos - Por Um Brasil Melhor!!! dijo...

BRASIL El país es un corrupto y dictatorial! Vivimos en un estado de dictadura. El Brasil no tiene ningún derecho moral para hablar nada en contra de HONDURAS! Ellos quieren proteger a más de un dictador. Los brasileños pedir ayuda - www.brazildetolos.com.br

wagner teixeira dijo...

Chega de golpes e de golpistas!

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