Por Wilfredo Mayorga Alonso*
A escasos días del evento más esperado por los hondureños y por la comunidad internacional este 29 de noviembre, la mayoría del pueblo extraña el comportamiento de algunos ciudadanos refugiados en las trincheras del populismo que amenazan con boicotear las justas cívicas. Habrá que refrescarles su obligación y las sanciones a que están expuestos:
"Por coartar la libertad de sufragio, adulterar documentos electorales o emplear medios fraudulentos para burlar la voluntad popular", reza el Artículo 42, inciso 4 de la Constitución de la República de Honduras."Por incitar, promover o apoyar el continuismo o la reelección del Presidente de la República", agrega el mismo Artículo en su numeral 5 de la misma Carta Magna.
¿Entonces? ¿En qué norma se basan los que promovieron una "cuarta urna" antes del 28 de junio del presente año al pretender una Constituyente que tendría a estas alturas al señor José Manuel Zelaya Rosales como un dictador disfrazado de demócrata?
Estas elecciones generales fueron convocadas el 29 de mayo, cuando aun se desempeñaba Zelaya Rosales en la primera magistratura de la nación centroamericana.
Su rebeldía de ahora no es sino un capricho fomentado y estimulado por Hugo Chávez desde Venezuela y los demás integrantes del "Alba" que estrellaron sus cálculos ante la muralla de un país que desprecia la ilegalidad, y ama la democracia, la paz y las libertades públicas.
Desde la distancia, los hondureños que podemos hacerlo, iremos a votar en Nueva York, Los Ángeles, Houston, Nueva Orleans, Washington y Miami. Y lo haremos masivamente. Liberales y nacionalistas. Porque cualquiera que sea el triunfador entre los partidos tradicionales, garantiza la institucionalidad de Honduras y el respeto por la ley y el orden.
* Periodista hondureño. North Miami Beach, Miami, FL 33160(305)763-5283 wilfredomayorga@hotmail.com
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