Iniciamos un nuevo año, con la esperanza de mejorar la situación económica, el clima de seguridad y de bienestar para la familia hondureña, dejando atrás un 2011 difícil.
Las espectativas dadas por los economistas indican que puede darse una leve mejoría económica durante este 2012, pero hay algunos pesimistas que consideran que la inseguridad y crisis en Europa, entre otras, también perjudicará el país.
Ojala que se logre un crecimiento económico de al menos un cinco por ciento, que pronostican los especialistas, todo dependen de la reducción del gasto y del buen precio internacional de muchos productos que exportamos.
Hay que confiar que más hondureños enviaran remesas a sus familiares en Honduras y que el turismo efectivamente pueda crecer en al menos un seis por ciento, con el inicio de una nueva era en la cultura Maya y otras actividades que se desarrollaran.
Por ahora solo falta esperar, pero también que cada uno haga lo propio en su campo, esto es que el gobierno trabaje en proyectos de inversión publica y reducción del déficit, que la empresa privada sea más agresiva y competitiva, que los trabajadores pongan su empeño y que la sociedad en general adquiera una mayor conciencia.
Lo cierto es que el futuro próximo y lejano depende muchos de la actitud que tengamos los hondureños, que abandonemos ese conformismo que nos ha caracterizado y que seamos positivos frente a una realidad sumamente difícil por el clima de inseguridad.
Hay que trabajar en exigir más transparencia, frente a la creciente corrupcion y que las autoridades pongan un mayor empeño en frenar el creciente auge del narcotráfico que también carcome nuestra sociedad.
Somos un país rico, rescatémoslo.
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